Y cómo no, aquí llegan las noches de movida fotosintética, que no podían faltar. Han sido noches, cuanto menos, curiosas, no me lo podreis negar, pero han sido completamente necearias para poder llevar a cabo nuestras creaciones botelliles.
Nuestras andanzas comenzaban aproximadamente a las 04.00 horas de la madrugada. Encuentro en Torneo con los ojillos pegados del sueño y algunos con un cafelillo en la mano, para poder abrirlos. Algunos habían dormido siquiera unas cuantas horas, otros habían visto un par de películas para no dormirse y afrontar la madrugada sin un temprano madrugón.
Nuestras andanzas comenzaban aproximadamente a las 04.00 horas de la madrugada. Encuentro en Torneo con los ojillos pegados del sueño y algunos con un cafelillo en la mano, para poder abrirlos. Algunos habían dormido siquiera unas cuantas horas, otros habían visto un par de películas para no dormirse y afrontar la madrugada sin un temprano madrugón.
Nuestra primera parada era en Torneo, en la pasarela, donde las escaleras escondían siempre una tremenda cantidad de botellas casi todas llenas. Unas cuantas bolsas llenas más tarde, recogíamos el chiringuito y nos íbamos a la feria chica, donde había días que estaba llena, y otros que estaba más que limpia. Con mucho menos espacio en nuestros coches pringosos de refrescos, nos dirigíamos a la zona de la Goa, donde el pastilleo y el niñateo andan sueltos. Allí también sacábamos lo nuestro: bolsas y bolsas de basura llenas de botellas. Siempre era el último sitio donde buscábamos, aunque algún día fuimos a la zona de Theatre, que ya habían limpiado nuestros amigos de Lipasam.
Y ya casi amaneciendo, llegábamos a casa, cansados y con un sueño increíble. Nuestras noches de movidas siempre quedarán en nuestro recuerdo.
¡¡Viva Fotosintetic!! y los que nos acompañaron en estas noches!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario