Ayer salí de casa por la mañana sin muchas cosas que hacer en realidad. Salí para pasear, para dar una vueltecilla y para ver si me encontraba con una amiga que trabaja por el centro. No estaba. Pero me encontré con Jose, jeje, cargado con bastidores y pinturas que se dirigía a su casa, y como ibamos a estar aburridos los dos por la tarde, pues quedamos para tomarnos algo. A las 18.30 nos compramos unas almendritas en la plaza de la Magdalena mientras íbamos buscando la tienda de coronel Tapioca para ver las mochilas de safari sin cremalleras. Al final lo que encontramos fue a una dependienta antipática que no me dejó hacerle una foto a Jose con un sombrero de aventurero lleno de remaches.
Después fuimos al Mercadona, donde nos dimos cuenta que hay gente que llega al supermercado con un hambre voraz y que no puede esperar a pagar los productos para comérselos, ni siquiera, a quitarles el papel, jeje!!!. Allí compramos unos batidos de melocotón y mango que estaban buenísimos, y nos sentamos en los banquitos de la plaza del Hotel Plaza de Armas y allí saqué de mi bolso de Mary Popins una bolsa de patatas fritas que habíamos comprado con las almendras. Y allí nos sentamos a charlar, y a charlar, de miles de cosas, a reírnos y a pasar frío, que por muy larga que fuese la manga corta de la camiseta de Jose, no le llegaba a la muñeca, jaja!!
Allí sentados, con el culo casi plano, se puso el cielo de color rosa, un poco moña, según Jose, y también se nos hizo de noche, y también nos entró hambre, y además, nos entró el choco, y de ahí, la muestra con estas fotografías choqueras.
Quiero más tardes de charletas, más tardes de choco, con fotografías choqueras.
¡¡¡Gracias Jose!!!!
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